En la sociedad occidental actual conseguir un buen bronceado ha pasado a ser casi una necesidad básica de belleza, a diferencia de otras épocas o culturas donde mantener la piel blanca continua siendo un ideal de belleza.
Además el sol también es indispensable para el buen funcionamiento de nuestro organismo, sobre todo para conseguir que la Vitamina D realice de forma satisfactoria sus múltiples funciones orgánicas.
Por otro lado estamos asistiendo a un aumento sin precedentes de cánceres cutáneos, y otras lesiones (manchas) asociadas con una exposición exagerada al sol
¿Cómo equilibrar ambas necesidades?
Lo primero es conocer la nuestro capital sol: cada persona dispone en su piel, desde el momento de su nacimiento, de un “capital sol” o lo que es lo mismo de las horas de sol que su piel tolerara sin presentar lesiones (manchas, léntigos, etc.). Por tanto el sol se acumula en nuestra piel desde el mismo día de nuestro nacimiento, y el capital sol es genético, diferente para cada persona e impredecible aunque el color de la piel y ojos puede orientar. En general las personas pelirrojas y de ojos verdes son las que tienen menos, pero sólo es orientativo.
Sea cual sea nuestro capital sol sin embargo todos tenemos un límite y hemos de intentar no agotarlo ni rebasarlo, para ello queremos darle diez consejos que le permitan lucir un bonito bronceado, pero sin dañar su piel:
- Evite la exposición solar hasta el punto de provocar el enrojecimiento, el tiempo límite dependerá de su tipo de piel, estación del año, situación geográfica y la hora del día.
- La nieve, el agua (playa) y el hielo reflejan los rayos y aumentan su agresión sobre la piel.
- Empiece a brocearse en primavera, lentamente y con cremas que contengan filtros solares
- Evite las horas de máxima radiación que coinciden con el mediodía (12-16).
- Protéjase especialmente los días nublados ya que es cuando se producen la mayor parte de quemaduras solares. Las nubes impiden muy poco el paso de los rayos ultravioleta, pero si de los infrarrojos con lo cual notamos menos calor y soportamos mejor largas exposiciones.
- Utilice durante todo el año cremas faciales con filtros solares, en invierno pueden ser de 15, en primavera de 30 y en verano de 50. Deben aplicarse media hora antes de la exposición solar y repetir su aplicación cada 2-3 horas aproximadamente
- Cúbrase con una visera, sombrero, camisetas, etc. si cuando prevé largas exposiciones o días especialmente soleados (excursiones, parques de atracciones, etc.)
- Utilice protectores orales si ya ha presentado algún síntoma de exceso de sol.
- Recuerde que ningún método impide el paso de los rayos solares al 100% por tanto el tiempo de exposición siempre ha de estar limitado según localización y horario.
- Revise íntegramente su piel periódicamente, prestando atención a nuevas lesiones o cambios en la ya existentes, y si las detecta comuníqueselo a su médico.
Fuente: Clinica Vega