Un reciente estudio, publicado en el ‘Journal of Travel Research’, realizado por las universidades de East Anglia (UEA), Greenwich y la Universidad Tecnológica de Auckland (AUT), en Australia, investigó sobre el impacto emocional que tienen los turistas al viajar desconectado de cualquier tipo de tecnología y redes sociales y después de volver a conectarse.
EL estudio demostró que, si bien al inicio hubo ansiedad, frustración y síntomas de abstinencia entre muchos de los viajeros, luego crecieron los niveles de aceptación, disfrute e incluso liberación.
Los participantes que sufrieron más ansiedades y frustraciones fueron los que viajaban solos, con muchos compromisos sociales o profesionales y en destinos urbanos debido a la necesidad de navegación, acceso instantáneo a la información y búsqueda de recomendaciones digitales de boca en boca, mientras que los que viajaban a destinos rurales y naturales tuvieron más síntomas de abstinencia por la necesidad de matar el tiempo. Incluso algunos no pudieron desconectarse, ya sea porque no se sentían seguros y pensaban que se perderían, o por compromisos privados que les impedían no estar disponibles.
Una de las principales consecuencias positivas del experimento fue una mayor interacción entre los viajeros y con los habitantes locales, así como una mayor atención y disfrute del entorno.
Como consecuencia de esta mayor interacción sobre todo con los locales, estos les dieron consejos e información sobre lugares de interés turístico que no aparecían en ningún sitio web o en las guías turísticas, que resultó ser lo más destacado e interesante de sus viajes.
Incluso mucho al volverse a conectar, confesaron sentirse molestos y abrumados debido al gran mensajes entrantes y notificaciones que recibieron durante los días que estuvieron desconectados.
El estudio justifica que la demanda de las llamadas vacaciones de ‘desintoxicación digital’ esté en aumento. El autor principal, Wenjie Cai, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Greenwich, señala que, «Muchas personas se están cansando cada vez más de la conexión constante a través de las tecnologías y hay una tendencia creciente para el turismo digital libre, por lo que es útil ver el viaje emocional que están experimentando estos viajeros».
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