Medicina Estética Facial

El ácido hialurónico es una sustancia presente en los diferentes tejidos de todas las especies animales, cuya función es mantener la elasticidad e hidratación del tejido conectivo, ya que tiene una gran capacidad de retener una gran cantidad de agua aportando volumen a los tejidos. También produce una ligera estimulación del colágeno.

Es un producto reabsorbible o biodegradable, es decir que el organismo lo degrada hasta hacerlo desaparecer en un periodo de tiempo variable.

En general es un gran hidratante, y aunque hay muchos tipos según la zona y el plano de la piel en que se aplique, básicamente distinguimos dos tipos: el reticulado para crear volumen y reducir arrugas y el no reticulado, para hidratar y mejorar la elasticidad de la piel.

• Arrugas
• Ojeras
• Surcos nasogenianos
• Líneas de marioneta
• Arrugas periorbiculares o patas de gallo
• Arrugas peribucales o código de barras
• Flacidez cutánea
• Remodelación de estructuras como pómulos, mentón, labios, etc.
• Corrección de defectos postraumáticos, etc.

El tratamiento se realiza en la consulta, con anestesia en crema o local. Se inyecta en las capas profundas, medias o superficiales de la piel, con aguja o cánula, según la indicación y tipo de ácido hialurónico.

Alergia al producto

Enfermedades autoinmunes descompensadas o graves (se valorará según el producto indicado)

Inmediatamente después de su aplicación puede aparecer ligera inflamación y enrojecimiento de la zona que mejora en 24-48 horas, así como pequeños hematomas que se camuflaran con maquillaje.

Sus efectos adversos incluyen: hematomas, inflamación, granulomas a cuerpo extraño, alergia, exceso o déficit de producto. El ácido hialurónico dispone de un antídoto, la hialuronidasa, que permite revertir algunos de estos efectos si aparecen.

Se presenta con diferentes densidades, elasticidad y grado de reticulación, lo cual hace que tanto su indicación como su duración puede variar de 3 a 24 meses.